La “Cosecha Inclusiva de Damascos” transformó un problema cotidiano, la caída de damascos en abundancia durante el verano, en una acción comunitaria de alto impacto, que permitió visibilizar la labor de Pequeño Cottolengo y conectar a sus residentes con la comunidad. La campaña respondió a un diagnóstico reputacional que evidenció desconocimiento sobre la institución, y logró instalar un nuevo relato desde la inclusión, el vínculo humano y la sostenibilidad.