La Universidad de Buenos Aires se declaró en emergencia presupuestaria, necesitando una actualización de los fondos del 300% para continuar brindando una educación de calidad. Gracias a la campaña “Cuidemos lo que funciona” se logró colocar en primer plano en la agenda pública la crisis presupuestaria. De esta forma, tras la Marcha Federal Universitaria, se consiguió finalmente un importante refuerzo presupuestario para la UBA.